martes, 21 de abril de 2009

IFIGENIA


Gozosa y anhelante
en su blanco atavió de desposorio
camina la doncella.
Agamenón, su padre,
le ha ordenado presentarse
engalanada en la playa de Auride,
donde con los aqueos se encuentra Aquiles
para zarpar a Troya.

II


Ya en la playa,

se une su impaciencia
a los fieros guerreros
y a sus naves, listas a largar velas.
En vez de divisar el arco nupcial de mirtos y laureles
distingue en la colina, el altar dispuesto al sacrificio.

Estremecida

comprende que es la victima
de oscuros designios del destino:
ofrendará su aliento ante Artemisa,
hija de Zeus y Leto
la agorera implacable.

Se inclina ante su padre

y sin terciar entre ellos un abrazo,
se despoja de la blanca guirnalda de jazmines
que con su aroma impregna la tristeza.

Entre sus níveos velos, oculta la cabeza

para ascender por la colina
donde se erige el altar del holocausto.

Contempla el Mar Egeo

-su amado mar-
el sol en los escudos de los hombres
y la flota...
Una simple doncella
no puede ser obstáculo para tan
grande gesta.

Si los fieros guerreros ya dejaron sus tierras

y sus cabras
por la victoria en Troya,
ella no será menos.

Calcantes alza el cuchillo

un silencio implacable se eleva hasta la cima.
Imperturbable
Ifigenia se apresta,
se dispone…

Cuando

aparece, benigna,
aquella cierva blanca
que en vez de la doncella,
aplacará a Artemisa.


__________________________________________________________



LA MADRE DE ODISEO


  


....Ya no pude esperarte
Tanto deseé verte
tanto  ansiaba abrazarte
o sentir tu cabeza en mi regazo.


Y ahora que en el Hades de lejos te contemplo
Ya no puedo tocarte:
                                 de sombra y de sueño son mis manos.


Te insto a que abandones cuanto antes
ésta luna negra
ésta agonía.


Ítaca te aguarda.
La rueda del destino aún te reclama.



Dirige tu camino
a las altas comarcas de la vida

lunes, 20 de abril de 2009

INVITACIÓN




Limpié la casa
la barrí de olvidos
extradité las mariposas negras.
Encendí el fuego
y acomodé los libros en mi estancia.

Estacioné el aroma de café en la mañana

terminé el inventario de recuerdos
guiada por el Adagio de Albinoni

Anclé la luna en mi ventana

vestí túnica blanca
y descalza, repetí para ella
ancestrales conjuros.

Abrí la puerta, serví el vino.

Todo estaba previsto y calculado.
Sólo
sólo
sólo
                 olvidé preparar mi corazón…

domingo, 19 de abril de 2009

MI MUNDO













Mi mundo es un sol naranja
entrando al mar que cada noche me visita,
es un atardecer.
Un umbroso camino que se extiende,
los árboles amigos,
el plenilunio claro de una noche de junio.

Mi mundo es un abrazo
es la caída de una hoja de otoño
es la lluvia.
Es una mano amiga que se extraña
mis amadas montañas
y su aire.
Es la ausencia
es el dolor de cada despedida.
El verde  regreso
y el olor de la tierra cuando cesa la lluvia.
Es La nostalgia.
Es el paso del tiempo
los ritos de pasaje: esa niña que fui
y la mujer sabia que andando se aproxima.
Mi mundo
es el espacio cotidiano
los libros de mi estancia
es un claro en el bosque.

Es el umbral  que habito.