domingo, 14 de diciembre de 2008

De los hijos...



Un hijo se gesta de otro modo
como si nuestro cuerpo fuese ajeno
como si se dispusiese a recibir
una esencia distinta de la propia.
 
 
El amor
que despierta es diferente
más hondo, más pausado
establece desde entonces
otras reglas de juego.
 
 
Con el paso del tiempo,
ese otro que se formó en tu vientre,
dispone de una ternura nueva
de un pertinaz amor que siempre espera.
 
 
Cuando el hijo se aleja,
escapa sigiloso
                      inalcanzable.
 
 
El amor persevera
en un pacto secreto
diferente a la complicidad
instaurada con las hijas.
 
Ellas
desde el comienzo
son más parte de ti
son más tu misma
igual al aleteo de mariposa
que en tu vientre
anunció su presencia.
 
Al acunarlas
ya tenías la certeza
de la mutua pertenencia silenciosa.
 
 
Ellas
cuando se marchan lo avisan a mil voces
se despiden
lloran
dejan cartas debajo de la almohada.

 
Tu les regalas rosas
haces fiestas brillantes
las despides...
Aunque adivines
que no se irán tan lejos
que el hilo del amor
las traerá de regreso a tu regazo.

DANZA EN LA MEMORIA






Al mar se llega


igual como se nace


como se arriba al umbral de la partida


desnudo


despojado


solo.


Como a un nuevo bautismo


bajo el cielo.


Al mar se llega


después de  de caminar


descalzo por la vida.






¿Cómo llegué a esta playa de los vientos oscuros?


¿Si me pierdo de mí, a donde iré?


¿Será entonces  el vuelo, un lugar de pasaje?


Un mar que aún no colma el asombro,


la desborda.




Con el aire inmóvil


su alma se ilumina,


vislumbra la promesa


de unirse a  las bandadas


cuando madure el viento.




A pesar de las plumas y el corazón obscuro


es posible contener la Alegría


  esa antigua memoria de claves imprecisas ―


y ella es viento y arena;


y ella es ola y espuma;


y es la línea azul del horizonte,


y es esa otra garza, que lo cruza.




Extiende las alas


el azul solitario la remonta


hasta el  instante


de la gota de agua


 que se funde en aire,


que se funde en verde,


y se confunde en tierra.




Busca señales


y en la quietud


aguarda


la invocación interna


la profunda


la gris…

lunes, 8 de diciembre de 2008

CARTA DE CREENCIA


Mi credencial es recordar quién soy
Y al recordarlo saber quién es el otro.
El agua transparente me respalda
y la montaña amiga me protege.
El cielo en cualquier parte se parece a mi patria
y la luna a veces me confía sus secretos.

Soy mujer.
La piel del alba es mi fiel confidente                       
Y me acerco al umbral cuando atardece.
Las nubes me invitan
a trenzarme en su danza misteriosa
y entonces 
me convierto en ancha playa
para acoger los himnos de las olas.
Para mi una hoja de otoño es una pluma
y una pluma, me invita a otros cielos.
Soy hermana de aves
porque ya fui palmera
y el sauce triste de los ríos del páramo,
ya consoló mi pena.

 Encuentro en la palabra la mejor compañía,
y la lluvia y el mar son mis amantes.

 

No tengo credenciales más seguras
que el aire,
el agua,
esta tierra del trópico
donde profundamente hundo mis raíces
y este fuego interior que me devasta.

En los ojos de otro
puedo leer mis miedos
y hace ya tiempo que abandoné las mascaras.
Aún no he recorrido lo mejor de mi vida
porque cada presente me colma de alegría.

Estoy presta a volar por las rutas del viento
y a caminar sin prisa por todos los caminos.

NO ME RESIGNO




 

"Ahora tenemos otras citas.
Estrellas diferentes nos alumbran en noches diferentes.
La lluvia que te moja me deja seco a mí."
Manuel Scorza





Tu, que sabes de instantes
en que interminablemente amanecía..
no podrás apartarte del eco
que repite mi nombre a tus orillas.


El desamor no existe en mi lenguaje
Yo no acato el olvido...
el deseo aún danza sobre el cuerpo
                                                    en nube contenida.


Qué tu alma extraviada se encuentre con mi viento
qué no vacile el tiempo del reencuentro
al derrotar todas las despedidas.



No me resigno amor
no me resigno.
No me resigno a una lluvia distinta de la tuya
No acepto dos lunas en menguante.
¡No me resigno amor, a     t  u          d   i   s   t   a  n   c   i    a     !